El Príncipe Feliz

El protagonista de la historia es la estatua dorada de un príncipe que fue feliz, y que se encuentra en lo alto de una columna donde puede ver toda la ciudad.
Cuando una golondrina se posa sobre ella y ve que el príncipe está llorando a causa de las injusticias y las miserias de su ciudad, retrasa su migración a África y le ayuda a hacer justicia.
Así es que el ave, por pedido del príncipe, distribuye las joyas que lo adornan a los más necesitados hasta que se encuentra completamente desprovista de oro y adornos. Cuando el invierno recrudece, la golondrina muere besando al príncipe en los labios y, al ver esto, el corazón de la estatua se rompe...
Este breve y magnífico relato atraviesa el desencanto del príncipe al descubrir las miserias humanas, y al generarle una tristeza inmensa construye una relación de amistad y de bondad con una golondrina con el ansia de redimirse.
Oscar Wilde (1854 – 1900) fue un dramaturgo, poeta, ensayista y novelista irlandés. Fue exitoso desde el comienzo gracias a su fino espíritu crítico, ardiente imaginación y aguda sensibilidad, y sus textos están determinados por la ironía y por la estética por el arte, la crítica a la alta sociedad y la superficialidad que la envolvía, despreciando la moral burguesa y busca provocar al lector mediante el humor y la ironía. A pesar de gozar de un éxito admirable, los sectores conservadores siempre lo criticaron, y se acentuó cuando fue acusado y condenado a dos años de prisión por su homosexualidad, lo que originó el declive de su carrera literaria y de su vida personal. Cuando quedó en libertad se marchó a París, donde murió en noviembre de 1900, pobre y olvidado del gran público.